“Haití se encuentra actualmente en una situación crítica. Temo que caiga en un abismo de desesperación”, preocupó el Papa Francisco el 29 de julio, durante una visita a Canadá. El Santo Padre y Jefe de Estado del Vaticano, que destaca que es consciente de la realidad de Haití, promete oración y penitencia por el país minado por la inestabilidad política y la proliferación de bandas armadas.
Cada día, Haití continúa su descenso a los infiernos. Incluso el crimen más atroz se está volviendo común en el país. Las bandas armadas que controlan total o parcialmente todos los municipios del área metropolitana de Puerto Príncipe imponen su voluntad. Las instituciones están de rodillas y el gobierno existe sólo de nombre. Preguntado durante una visita a Canadá a finales de julio por un jesuita haitiano sobre la situación en Haití, el Papa Francisco no ocultó sus preocupaciones.
“Haití se encuentra actualmente en una situación crítica. Está pasando por un calvario, como si no pudiera encontrar el camino correcto. No me parece que los organismos internacionales hayan entendido qué hacer. Me siento muy cerca de Haití, sobre todo porque algunos de mis amigos sacerdotes me informan constantemente de la situación”, respondió el jefe de Estado del Vaticano.
“Temo que caiga en un abismo de desesperación”, agregó el líder de la Iglesia católica en el mundo.
“¿Cómo podemos ayudar a Haití a crecer en esperanza? Si hay algo que podemos hacer como iglesia es sin duda la oración, la penitencia… Pero tenemos que preguntarnos cómo podemos ayudar. El pueblo de Haití es un pueblo noble. Allí, simplemente les digo que estoy al tanto de lo que está sucediendo”, dijo el Papa Francisco.
Tras el tiroteo del sábado 25 de junio en Delmas, suburbio de Puerto Príncipe, de sor Luisa Dell'Orto, monja de nacionalidad italiana, el Papa había orado por el pueblo haitiano, en particular por los niños, "para que pueda tener un futuro más sereno, libre de miseria y violencia”, dijo el jefe de la Iglesia Católica.
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